LA GALLINITA CIEGA: ¿Quién no ha jugado alguna vez? Esta escapada puede ser una oportunidad para enseñarle el juego a los más pequeños. El jugador que se la queda tendrá los ojos tapados con un pañuelo — un pareo puede servir— y comenzará a girar sobre sí mismo mientras el resto recitan: “Gallinita, gallinita, ¿qué se te ha perdido en el pajar? Una aguja y un dedal… Pues da tres vueltas y lo encontrarás”. En ese momento, comenzará a moverse por la zona de juego a ciegas, intentando atrapar a alguien. Cuando lo consiga, debe adivinar de quién se trata únicamente por el tacto. 

POLILADRO: Hace unos años era el juego estrella a la hora del recreo. Os resultará muy divertido si sois muchos. En primer lugar, debéis elegir una zona como cárcel —por ejemplo la valla, o un árbol—, y repartir dos equipos; por un lado los policías y por otro los ladrones. Desde ese momento se hace una especie de pilla-pilla. Cada vez que un policía atrape a un ladrón debe llevarlo a la cárcel. Para hacer el juego más divertido, podéis incorporar la regla de que los ladrones puedan salvar a sus compañeros arriesgándose a pasar cerca de la cárcel y chocando la mano a sus compañeros. 

POLLITO INGLÉS: No valen las excusas, nos negamos a pensar que sea un juego solo para niños. El jugador que se la queda se pone contra la pared — de espaldas a sus compañeros que se sitúan en el extremo opuesto de la era — diciendo: “Un, dos, tres, pollito inglés, sin mover las manos ni los pies”. Mientras tanto, los demás se van acercando. Cuando el “pollito” termina la frase, se gira rápidamente para sorprender a sus compañeros, que deben permanecer quietos, en una pose divertida. Si alguno se mueve, queda descalificado. Gana el jugador que consiga tocar antes la pared y diga: “¡Pollito!”. 

EL CORTAHILOS: La persona que se la queda debe decir en voz alta a quién va a perseguir, y contar hasta cinco antes de comenzar a perseguirle. Desde ese momento imaginaremos que están unidos por un hilo. Entonces, el resto de jugadores deben pasar entre ellos para “cortar” el hilo, y se convertirán así en el nuevo perseguido. 

EL PAÑUELO: Para este mítico juego solamente hace falta un pañuelo u otra prenda. Se decide quien será el juez, que sostendrá el pañuelo, y se reparten dos equipos. Los jugadores de cada equipo se asignan cada uno un número, en secreto. Cada equipo se coloca en una parte de la era, situándose el juez en medio y sirviendo de límite entre los dos campos. Cuando el juez diga un número, el jugador de cada equipo que tenga ese número asignado deberá ir corriendo a conseguir el pañuelo, sin pisar el campo contrario. Debe cogerlo y regresar con sus compañeros sin ser atrapado por el rival. En caso de que consiga llegar, sumará un punto, y el contrario podría ser eliminado. Si no lo consigue, puede ser descalificado. Una vez decidáis las reglas que preferís seguir...¡que gane el mejor!

Esperamos que si nos leéis desde Casa Rural Brígido, o desde cualquier otra casa rural, os animéis a probar alguno de estos juegos con vuestra familia o amigos. Las risas están aseguradas y, como compartir es vivir, esperamos que nos hagáis llegar vuestras fotos, vuestras experiencias, nos etiquetéis en redes sociales en vuestras fotos… Pero sobre todo que regreséis a casa con la mayor de las sonrisas y muchas historias que contar.